Érase una vez una viejita y un viejito que vivian solos en una antigua casita junto al camino.
Un día, la viejita decidió, como sorpresa, cocinar algo especial.
- Voy a hacer un hombrecito de jengibre - dijo.
Entonces la viejita hizo una galleta de jengibre en forma de muñeco y la puso al horno. Pero pronto oyó una suave vocecita que gritaba:
- ¡Déjenme salir! ¡Déjenme salir! -........
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